Padecimientos que se creen exclusivos de adultos también se presentan en niños y pueden afectar su desarrollo integral.

1. Colon irritable


Uno de los padecimientos por los que últimamente los pacientes adultos más consultan a especialistas en gastroenterología, también se presenta en niños, se trata del colon irritable.

“Lo que ocurre en el caso de los niños, es que el intestino se contrae muy fuerte o no lo hace lo suficiente; esto provoca que los alimentos se desplacen muy rápidamente o, por el contrario, que se movilicen de forma muy lenta a través del tubo digestivo”, explica la gastroenteróloga pediatra, Ivonne Merlos.

No se sabe con exactitud las causas de este padecimiento, ni siquiera en el caso de los adultos, y muchas veces se confunde con otras enfermedades. De acuerdo a la Dra. Merlos, en niños se manifiesta por medio de estos síntomas:

  • Diarrea, constipación o estreñimiento (puede tener ambos)

  • Distensión abdominal (estómago hinchado)

  • Flatulencias (aumento de gases)

  • Retortijones


2. Obesidad


nino obeso obesidad

“Los niños gorditos son más saludables”. Esta es una de las creencias más erróneas que se han heredado de generación en generación. Se cree que la obesidad solo da problemas de salud cuando la padecen adultos, sin embargo, según la dra. Ivonne Merlos, gastroenteróloga pediatra, es muy común que empiece en la infancia.

La obesidad no solo afecta la estética de los niños (incluso puede ser causa de bullying), “también puede ser causa de trastornos gastrointestinales como hígado graso, reflujo gastroesofágico, mala digestión, entre otras”, indica Merlos.

¿La causa? “es el desequilibrio entre la ingesta y el gasto de calorías. El sedentarismo juega un papel preponderante en el origen y exacerbación de la obesidad”, apunta la especialista.
Epidemia mundial

Cifras de la Organización Mundial de la salud (OMS) indican que un tercio de la población mundial tiene sobrepeso y que 140 millones de niños serán obesos en dos décadas.

3. Parásitos


Tanto para niños como adultos, cuando el cuidado e higiene de los alimentos no es el adecuado, se corre el riesgo de adquirir parásitos: microrganismos que se desarrollan dentro del: se alimentan y se reproducen allí, lo que puede provocar problemas más o menos graves en su huésped.

Los síntomas de las enfermedades parasitarias pueden variar dependiendo del tipo de parásito, ya que existen infinidad de especies y cada uno tiene su cuadro clínico particular, es por ello que se debe seguir un patrón de desparasitación bianual antes que esperar síntomas.

La dra. Ivonne Merlos apunta que los parásitos en niños pueden generar complicaciones que varían desde detención del crecimiento, hasta obstrucciones intestinales, problemas hepáticos y cerebrales. Todo depende de qué tipo de parásito se adquiera.



4. Reflujo gastroesofágico


reflujo dibujo estomago

Este padecimiento se refiere al paso repentino y sin esfuerzo del contenido del estómago hacia el esófago o la boca. “La mayoría de niños padecen reflujo gastroesofágico de forma fisiológica en los primeros meses de la vida, y en la mayoría de los casos no requieren tratamiento farmacológico porque mejora con la edad”, explica Merlos.

Sin embargo, existe otro grupo de niños que presentan complicaciones o síntomas que afectan su calidad de vida como: trastornos de sueño, poca ganancia de peso, vómitos excesivos; los cuales deben ser evaluados por su pediatra o Gastroenterólogo pediatra para determinar si ameritan estudios o medicamentos.

En el caso de no ser diagnosticado y tratado adecuadamente, La dra. Merlos expone que el reflujo puede generar complicaciones como: estenosis esofágica (estrechez), esofagitis (erosión importante de la mucosa esofágica) y aumento del riesgo de cáncer esofágico.

Otras señales de alarma


Si tu pequeñito presenta estos síntomas frecuentemente lo mejor es consultar con un médico lo más pronto posible, algo con su sistema digestivo puede que no esté funcionando bien.

  • Dificultad para tragar

  • Salivación excesiva

  • Hipo persistente y frecuente

  • Agruras constantes

  • Rechazo de alimentos con texturas sólidas

  • Dolor abdominal

  • Sensación de acidez

  • Náuseas o vómitos

  • Estómago inflado

  • Cambio en el patrón de sus evacuaciones

  • Dificultad para la evacuación (heces duras, grandes, dolorosas)

  • Manchado involuntario de la ropa interior con heces.


Fuente: Dra. Ivonne Merlos, gastroenteróloga pediatra.

Gastroclínica Escalón. Tel.: 2131-8466.